“En la Autogestión lo importante no es sólo el resultado, también importa el camino”
El conferenciante comienza matizando que el Anarcosindicalismo surge en España en 1868, si bien, debido a la represión del Estado y a la capacidad de adaptación del movimiento libertario para sobrevivir, va adoptando diversas denominaciones a lo largo del tiempo. En realidad, ahora se celebra el centenario de la CNT, una de las concreciones históricas del Anarcosindicalismo, surgida en 1910.
Destaca que la Autogestión no es sólo una idea, sino que también es una realidad, y que hay experiencias y concreciones de la autogestión que existen, aunque no siempre sean visibles. Uno de los lemas de los movimientos alternativos actuales “Otro mundo es posible” sintoniza bien con el espíritu libertario y con otro lema: “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”.
El que se desarrollen las Jornadas en una Facultad de Ciencias de la Educación también es destacable, ya que el anarcosindicalismo ha reivindicado siempre otros valores y otra educación, y hay un componente cultural y pedagógico que hay que reivindicar.
Es importante destacar que se ha venido identificado en el imaginario colectivo el Anarquismo con la Anarquía como absoluto desorden. Sin embargo, el Anarquismo como tal sería“la máxima expresión del orden”, en tanto en cuanto una Sociedad Anarquista acabaría con el desorden establecido por las desigualdades sociales, y sería la expresión de mayor libertad al organizarse de abajo arriba.
Volviendo al tema central de las Jornadas, si algo define, claramente, al Anarquismo es la idea de la Autogestión (nadie domina a nadie, y nadie decide por nadie). Entendido así, el Anarquismo es de los movimientos ideológicos, políticos y sociales que surgen con las primeras manifestaciones democráticas contemporáneas, y el que se toma con más fundamento los principios de democracia real, no sólo formal: el poder debe estar, realmente, en el pueblo, toda la ciudadanía debe participar y ha de aplicarse en todos los ámbitos de la vida ciudadana.
El sistema capitalista es, sin embargo, intrínsecamente incompatible con la democracia plena. Sí que es compatible con una democracia política tutelada, pero no lo es con la democracia económica. Una empresa capitalista no puede ser autogestionaria, aunque sí es posible organizar de otra forma la empresa, hay otros modelos de empresa.
Pero hay otras instituciones sociales donde tampoco se da la autogestión: la familia, la escuela… no se caracterizan en general precisamente por funcionar con un modelo autogestionario, pese a algunos avances o experiencias concretas.
Para los anarcosindicalistas, la autogestión es un principio organizativo, no el fin en sí mismo. En la medida que ayuda a conseguir una sociedad libertaria, será una autogestión auténtica. Otro principio es que la autogestión ha de aplicarse en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Además, ha de estar a debate no sólo cómo se hacen las cosas, sino la decisión de qué hay que hacer (discutir no sólo de los medios, sino también de los fines).
La autogestión ha de ser profundamente participativa. Los autogestionarios no quieren democracias representativas, no se quieren “representantes”, sino “mandatarios”. Especialmente si esos representantes están atados doblemente por la legislación (Ley D´hont ) y por las listas cerradas, controladas por los partidos. La autogestión pone la base de las tomas de decisiones en la Asamblea.
Visto así, el “grado 10” de autogestión no se consigue por parte de ninguna organización concreta. Todas las experiencias y organizaciones concretas tienen deficiencias, porque la participación autogestionaria no es fácil, exige mucho esfuerzo, es lógico que deleguemos, no podemos participar directamente en todo lo que nos incumbe.
Otra dificultad para la autogestión es que ser protagonista de la propia vida tiene enormes complicaciones. Otros reparos hacia la autogestión es la idea de que no es rentable o eficaz , la toma de decisiones son lentas y complejas, y es que la autogestión no pretende sólo obtener un resultado, sino que da importante también al camino para llegar a ese resultado. Otra dificultad es el hecho de que el ser humano, si tiene cubiertas sus necesidades básicas materiales y su ámbito más inmediato es habitable, adopta facilmente una actitud conformista, y es necesario un esfuerzo educativo y militante muy intenso para romper esa tendencia, ese “miedo a ser libre” que muchos tenemos.
Seguidamente se abre un turno de preguntas en la que los asistentes se interesaron por el compromiso político de las organizaciones anarcosindicalistas, la posibilidad de salida de la crisis y la respuesta de los movimientos sociales.
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